Me gustan esas charlas donde me cuentan qué hacen cuando llegan a su jardín y cómo disfrutan de él. Les comparto la importancia de tener un jardín con plantas nativas que pueda darle hospedaje y alimento a muchos polinizadores, abejorros, abejas, avispas, mariposas y pájaros.
Un jardín que se transforme en nuestro refugio. Acostumbrar nuestra vista a entender y ver belleza en el aparente ¨desorden¨ que la naturaleza nos propone.
Cande y Nico decidieron confiar y estos son los resultados, resultados que logran modificarse a medida que las plantas van madurando en sintonía con cada estación del año, con la satisfacción de tener un espacio que también implique menos mantenimiento.
El jardín es ese lugar que, lejos de interpelarnos, nos brinda la oportunidad de volver al espacio que nos da seguridad.