El camino del jardín
El camino del jardín es la manera en que me gusta llamar a esa etapa creativa.
Este lugar que ya viene siendo, este lugar que junto con algunas de mis ideas y de mis interpretaciones, va a transformarse para seguir siendo.
El camino del jardín.
Es la relación entre el lugar que conozco para trabajar, el trabajo en sí y el resultado que nunca termina de finalizar.
Cuando tengo la gran posibilidad de llegar a conocer un jardín, una terraza, patio o balcón, me encanta conversar con los habitantes de ese espacio, entender qué les gusta, qué necesitan, qué se imaginan.
Caminar el espacio, recorrerlo y tratar de interpretarlo es una de las maneras que tengo para poder avanzar con mi propuesta: siempre el eje va a ser trabajar con plantas nativas que aporten biodiversidad al lugar.
Me gusta compartirle a las personas que me convocan, que estamos trabajando con seres vivos, que necesitan un tiempo de adaptación al nuevo lugar, atención y cuidados de nuestra parte.
Las plantas nativas atraen polinizadores, abejas, abejorros, mariposas, picaflores entre muchos otros visitantes. Trabajar con ellas es asegurarnos el verde variado y las flores que cada una de las plantas seleccionadas nos brindan. Pero además es crear un mundo que se mueve a su alrededor.
Visito la casa, escucho qué se imaginan, camino por el jardín y los distintos rincones de la casa, recolecto imágenes, recorro sola el espacio para llevarme impresa en mí la sensación que me deja el lugar. Empiezo a pensar qué plantas pueden ser bien recibidas y cómo pueden acompañarse entre ellas. Trato de tener en cuenta su desarrollo final, sus necesidades de agua, sol y su tolerancia a las posibles heladas.
TE DESEO un jardín espontáneo
que te sorprenda y te emocione.
Un jardín que te provoque alegría, para sumergirte en la aventura
de un jardín que pueda expresarse de manera silvestre, con un diseño menos decorativo y más explotón.